¿Somos o no somos fotógrafos?
Aprovechando que hoy, (sin ofender a ningún aficionado) que cualquiera tiene acceso a la fotografía en primer término, celulares, cámaras digitales muy completas, automatización de todo, etc., y agregando el tema de la facilidad de subir desde casi cualquier parte, en cualquier momento y
con un equipamiento tecnológico que entra en un bolsillo, todo lo que uno logra captar hacia un espacio virtual que millones de personas lo pueden ver en segundos, se me ocurrió que se podría aprovechar para destacar las virtudes innatas de algunos y los posibles defectos de otros para que logremos, los que nos gusta la fotografía, saber si somos o no, fotógrafos.
Esta es mi pura experiencia. Por las dudas, son detalles a tener en cuenta para que hables con tu analista…
Preguntate si en el intervalo de tres años hacia atrás, no estás en ninguna fotografía, ya sea familiar, cumpleaños, reuniones familiares, de amigos, eso es síntoma de que siempre estuviste atrás de la cámara de fotos. Siempre vos (por algo será). Y sobre todo, al que siempre le decían… sacá la foto.
Te planteaste alguna vez, que no saliste, no fuiste a ese recital, o preferiste hacerte el enfermo en ese típico cumpleaños de algún familiar, para poder terminar ese imposible trabajo de retoque en Photoshop que no había forma de terminarlo para poder publicar en algún sitio de turno, porque no lograbas mostrar en la imagen lo que habías querido hacer…
No te parece extraño que le empezaste a tener algún tipo de cariño extraño a objetos de cocina, lámparas o adornos de tu casa (y los empezás a mirar con los ojos entrecerrados entre medio de tus manos) como tratando de modificarlos para que parezcan otras cosas…
Si opinás que el HDR es para fotógrafos frustrados…
Si tuviste la oportunidad de conocer realmente la sensación de haber realizado exitosamente una foto con técnica de Bokeh (no profundidad de campo), y te sentiste un profesional…
Punto determinante. Si alguna vez puteaste con tus entrañas todos los programas que te prometen hacer un retrato perfecto en veinte segundos, después de una foto pedorra de celular…
Punto más que determinante y que no define tu sexualidad. Si alguna vez te dio lo mismo fotografiar algún amigo en un recital que a una buena mujer desnuda en tu estudio, y encima si elegiste lo último, si en lugar de preocuparte por el diámetro de sus pechos, te preocupaste por la cantidad de luz que le daba al fotómetro…
Si coincidimos… No vayas al analista. Somos fotógrafos. Ni buenos ni malos. Fotógrafos.
Espero le haya sido útil, muchas gracias por dedicarme su tiempo
Walter Bensusan
www.markmedia.com.ar
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